Sexto rector: Moisés Canale Rodríguez
1961 – 1967
Quinto y último hijo de don Moisés Canale Valenzuela y de doña Luisa Rodríguez León, Moisés Canale Rodríguez nació el primero de agosto de 1927 en Hermosillo, Sonora. Tres años después ocurrió la muerte de su padre, acontecimiento que dejó a la familia inmersa en una situación económica que sólo el esfuerzo, valor y entereza de doña Luisa pudieron controlar.
Cursó algunos grados de la escuela primaria en centros educativos familiares y la secundaria en la Escuela Normal y Secundaria del Estado.
En 1942, al abrir sus puertas la Universidad de Sonora, el joven Canale ingresó a ella para proseguir ahí hasta finalizar la escuela preparatoria. Fue, pues, uno de los alumnos fundadores de la institución. De esa época tiene gratos recuerdos de sus maestros Ernesto Salazar Girón, Enrique García Sánchez, Rosalío Moreno, Adalberto Sotelo, Aureliano Corral Delgado y Luis Peterson. “Con personas como ellos el futuro de la Universidad de Sonora estaba desde entonces felizmente asegurado”, dice, y continúa: “Conocí entonces personalmente a todos sus rectores: Aureliano Esquivel Casas, el primero de ellos, y seguidamente al Ing. Antonio Astiazarán y a Manuel Quiroz Martínez, de quienes derivé en esa época lecciones muy interesantes. Era entonces la Universidad de Sonora un centro de formación humana muy pequeño y humilde, pero de una pujanza excepcional. No teníamos ni mesabancos en qué sentarnos. Recuerdo al profesor Ernesto Salazar llevarnos en grupo -él decía ‘paliados’-, a su clase cotidiana -Biología-, y con él nos sentábamos en ladrillos apilados y en troncos de árboles a escuchar sus lecciones. Nunca se las agradeceremos en su justa medida. Eran verdaderas clases al estilo de la mayéutica de Sócrates”.
Estudió la carrera de Médico Cirujano en la Escuela Nacional de Medicina, a donde ingresó en 1947.
La UNAM también sufría muchas carencias y la carrera de Medicina no era la excepción: “Puede decirse que nos hicimos médicos porque teníamos verdaderas ganas de serlo”.
Durante esos años de intensa dedicación y disciplina no tuvo oportunidad de viajar a Sonora; lo hizo hasta que llegó el momento de realizar su servicio social, que fue en la población de Baviácora, en donde conoció a la que sería su esposa, Gloria Rogel Robles. Después de casi un año regresó a México en donde se recibió con mención honorífica como médico el 9 de septiembre de 1953.
Después de contraer matrimonio en Hermosillo el día en que cumplió 27 años de edad, la pareja fijó temporalmente su residencia en la Ciudad de México, en donde el joven doctor hizo su especialidad en el Instituto Nacional de Cardiología (1954-1957). Ese año y el siguiente fue catedrático auxiliar en el tercer curso de Clínica Médica (Nefrología) en la Escuela Nacional de Medicina. Sus dos primeras hijas, Gloria y María Luisa, nacieron en esa ciudad. Después de concluir esa importante etapa profesional y de consolidación familiar, regresó con su esposa e hijas a residir a la capital de Sonora, en donde vendrían al mundo Moisés, Manuel, Miguel Ángel, Enrique, Francisco Antonio y Adib.
Combinaba su actividad como médico consultor de Cardiología en el Hospital General del Estado, cargo que desempeñó de 1958 a 1961, con la docencia y el ejercicio privado de su profesión. De 1959 a 1968 trabajó en la Clínica Hospital del IMSS. De 1959 a 1960 impartió la cátedra de Higiene en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Sonora, y de 1963 a 1965 fue catedrático de Técnica de la Disertación en la carrera de Contabilidad y Administración de la misma institución.
El doctor Canale fue el primer rector de la Universidad de Sonora egresado de esa misma institución (del bachillerato).
Un día me acerqué al profesor Ernesto Salazar Girón y le entregué toda la documentación que se requería para aspirar a la rectoría de la Universidad. Él la llevó al Consejo Universitario, se hizo la votación y tuve mayoría: 21 votos a mi favor, 6 para el Lic. César Tapia Quijada y 2 para el Ing. Antonio Medina Hoyos. Así fue como llegué a la rectoría.
Gracias a su empeño y a los apoyos que recibió de los gobiernos estatal y federal así como de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), de la que fue presidente durante el bienio 1964-1965, la Universidad tuvo durante su período un notable desarrollo que la hizo alcanzar una posición importante en el contexto de la educación superior del país. Recibió a la institución con 7 carreras profesionales y la dejó con 16; comenzó a exigir que nadie se desempeñara como maestro sin título profesional; llegó a trascender tanto el prestigio académico de la institución que se recibían solicitudes de maestros con postgrados en Europa, Argentina y Estados Unidos para ocupar en ella plazas de tiempo completo.
Otro avance importante fue que se instituyeron los exámenes de oposición para las plazas de los maestros. Además se construyeron nuevos edificios como la Escuela de Ciencias Químicas, la nueva Escuela Preparatoria, el edificio de Leyes y el de Comercio. Se creó la Imprenta Universitaria, la Televisión Universitaria y Radio Universidad.
Sobre su período al frente de la Universidad comenta: “Yo cumplí un primer período de cuatro años y fui reelecto por unanimidad por otros cuatro. La Universidad iba muy bien en ese entonces. Incluso cuando se estaba planeando la creación de la Universidad de Baja California venían con nosotros para que les diéramos orientaciones. Éramos el ejemplo en el noroeste del país. Desafortunadamente hubo problemas muy serios que provocaron que la institución se estancara o que por lo menos no avanzara lo que se hubiera esperado”.
A él le tocó conmemorar el aniversario número XX de la institución, a cuyos festejos se invitó a personalidades de alto nivel quienes recibieron el doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de Sonora: al Dr. Jaime Torres Bodet, Dr. Ignacio Chávez, Dr. Ignacio González Guzmán, Dr. Silvio Zavala y Dr. Arturo Rosenblueth, se les otorgó el doctorado en Ciencias, mientras que el Ing. Víctor Bravo Ahuja, Lic. Alfonso Ortega Martínez y Lic. Ignacio Burgoa Orihuela recibieron el doctorado en Filosofía. La intención de conferir esos reconocimientos fue la de fortalecer con un prominente respaldo académico a la Escuela de Altos Estudios. A los eventos de aniversario se invitó también al doctor Jorge Derbez, importante difusor de la obra de Erich Fromm en México. En ese tiempo la Universidad de Sonora estaba considerada por la ANUIES como la quinta en calidad académica en la República Mexicana.
Defensor de una educación humanista, alertó sobre los peligros de formar profesionistas “sin otra visión de la vida que la puramente material”, por lo que propuso que la Universidad equilibrara la tecnología con el humanismo, de tal forma que de ella egresaran “ingenieros humanistas, industriales literatos, médicos historiadores, químicos artistas… “
Sobre los problemas de 1967, que motivaron su renuncia a la rectoría, comenta que fueron resultado de una abierta politización de la vida universitaria. Reconoce que por un lado hubo errores por parte de las autoridades al privilegiar el aspecto académico y no saber actuar con malicia, y por otra parte opina que los estudiantes no estaban lo suficientemente preparados para las luchas cotidianas de la vida y la política. “Iba la Universidad por un camino muy bueno, pero se encontró, pues, con la política, y aunque quisimos defenderla y sacarla de todo eso, la política nos abrumó. Cuando ocurrió el lío de la Universidad, se me dijo: expulsa a los muchachos. Pensé: ‘qué saco yo con eso’; expulsar muchachos en ese momento hubiera sido romper con ellos y entonces se hubiera dado al traste con la única conexión que existía con esos grupos. Los muchachos me seguían respetando, oyendo y yo iba a visitarlos. Eso quisieron distorsionarlo en el sentido de que yo los iba a instigar, que yo los iba a agitar”.
En su carta de renuncia a la Universidad asienta el difícil papel que como rector le tocó asumir en ese período: “Cuando el estudiantado se arrojó a la contienda de la manera en que determinó hacerlo, me vi automáticamente frente a un problema de doble aspecto, político y académico, con características estrechamente interdependientes, igualmente importantes e igualmente complejas. Vistas las cosas desde su ángulo político, por más que lo intenté no fue posible lograr una solución de compromiso: las partes en conflicto guardaron siempre con sus grupos una irreconciliable antagonía… Era imposible, por otro lado, resolver un conflicto de origen no universitario de la magnitud y características eminentemente políticas que mostraba en aquellos días el problema, con los medios puramente universitarios de sus autoridades”.
Al finalizar la carta pide a la comunidad universitaria estar alerta ante nuevas maniobras que buscan desquiciar a la Universidad, así como “no sacrificar el noble y nuevo empeño de sus gentes en volverla a su vida tranquila y fecunda”.
El Consejo Universitario no aceptó la renuncia del rector y en varias ocasiones le pidió que continuara al frente de la comunidad universitaria, pero el 27 de septiembre reiteró su decisión de renunciar.
Principales avances de la Universidad de Sonora durante el rectorado de Moisés Canale Rodríguez
Se crearon las carreras de Ingeniería Química, Ingeniería Industrial y Trabajo Social, así como la Escuela de Altos Estudios que incluía las licenciaturas de Física, Matemáticas y Letras.
Se construyeron nuevos edificios como la Escuela de Ciencias Químicas, la (nueva) Escuela Preparatoria, el edificio de Leyes y el de Comercio.
Se crearon la Imprenta Universitaria, la Televisión Universitaria y Radio Universidad.
Se abrieron las escuelas preparatorias de Navojoa y Magdalena y la Escuela Técnica de Administración de Ranchos en Santa Ana.
Se estableció el Centro de Cálculo y se inició formalmente la investigación científica a través del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas -CICTUS- y el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, que después se convirtió en el Departamento de Planeación.
Patrocinó el primer mural al fresco en la Universidad, que se encuentra en el vestíbulo de la antigua Escuela de Agricultura (hoy DICTUS) y fue pintado por Héctor Martínez Arteche.
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Fuente:
• Guadalupe Beatriz Aldaco. Nuestros Rectores. Edición conmemorativa del 61 Aniversario de la Universidad de Sonora.
Obra plástica: Enrique Rodríguez